Consecuencias de la Cuarta Revolución Industrial para las Economías Emergentes

Consecuencias de la Cuarta Revolución Industrial para las Economías Emergentes

Nota: Véase sobre la Innovación Empresarial en las Economías Emergentes.

Consecuencias de la Cuarta Revolución Industrial para las Economías Emergentes

Salto de calidad con tecnologías avanzadas

Los beneficios acumulados de la aplicación de esta nueva evolución tecnológica -la IA, la robótica, la genética, la impresión en 3D, la nanotecnología y la biotecnología- pueden ofrecer a las economías en desarrollo (i) un aumento de la productividad mediante el incremento de la producción agrícola y manufacturera, (ii) nuevas actividades económicas, (iii) nuevos productos y nuevos mercados, y (iv) un crecimiento revitalizado del empleo tanto en el sector formal como en el informal.

En 2022, el máximo beneficio económico de la cuarta revolución industrial corresponde al puñado de países desarrollados; sin embargo, la expansión, utilización y explotación de las tecnologías emergentes no puede limitarse a unos pocos. Los demás países, que son los llamados rezagados en este campo, pueden acelerar su desarrollo saltándose algunas de las etapas intermedias de la industrialización y dando un salto para utilizar tecnologías más avanzadas.

El ejemplo más claro de este fenómeno de «salto» lo encontramos en la mayoría de los países del mundo que no tenían cobertura de telefonía fija o sólo tenían una cobertura parcial, pero que han adoptado la tecnología celular para que los móviles estén disponibles incluso en los lugares más remotos del planeta. Lo mismo se puede decir y predecir sobre la cuarta revolución industrial. Los países en vías de desarrollo, que hasta ahora no han utilizado ampliamente las tecnologías para las industrias manufactureras, pueden alcanzar nuevos niveles de avance adoptando nuevas herramientas y tecnologías.

Los gobiernos proactivos pueden ciertamente ayudar a reducir las brechas tecnológicas creando asociaciones tanto a nivel nacional como internacional, ofreciendo así un foro para las ganancias en infraestructura. Organizaciones internacionales como el Centro de Comercio Internacional, el Grupo del Banco Mundial y el FEM también pueden desempeñar su papel. El suministro de recursos vitales de software y hardware proporcionará una plataforma para que las naciones emergentes prosperen de forma sostenible. Mientras el mundo desarrollado sigue avanzando a una velocidad vertiginosa, es crucial que las naciones emergentes den un salto hacia la trayectoria de desarrollo trazada por la cuarta revolución industrial.

Absorción de las tecnologías de la cuarta revolución industrial por parte de las economías emergentes

Con la cuarta revolución industrial en marcha a una velocidad asombrosa en los países desarrollados, las naciones emergentes y en desarrollo deben adoptarla sin perder tiempo. Si las actuales economías emergentes quieren aprovechar al máximo los beneficios de la cuarta revolución industrial, deberán empezar a aplicar las bases para involucrarse cuanto antes. La tecnología y la educación son dos puntos principales en los que las naciones emergentes podrían beneficiarse de la cuarta revolución industrial, mientras que las políticas macro y microeconómicas y sociales para el crecimiento son elementos adicionales a los que hay que prestar atención.

Los países del sudeste asiático han cambiado su especialización hacia la manufactura, han alimentado una clase empresarial nacional y ahora albergan un panorama industrial regional multipolar -Japón, Corea, China- en el que la competencia y la diversificación coexisten con la especialización en nuevos paradigmas, principalmente la electrónica, la automoción y las tecnologías digitales.

La cuarta revolución industrial y la Industria 4.0 pueden ser ventanas de oportunidad para las economías en desarrollo y emergentes, pero también plantean banderas rojas en cuanto a los principales desafíos que estos cambios plantean a las empresas, los sistemas industriales y los enfoques políticos de las economías en desarrollo y emergentes. Beneficiarse de ellos no será automático, ya que las economías en desarrollo adolecen de varias lagunas que dificultan su capacidad para operar en un panorama industrial digital. Sin embargo, con estados empresariales capaces y con visión de futuro, las economías en desarrollo podrían utilizar los actuales escenarios inciertos y de rápido cambio para acelerar su desarrollo.

Una novedad importante con respecto al pasado es que, a medida que las asociaciones adquieren mayor relevancia para las innovaciones debido a la convergencia tecnológica, se necesitan políticas y normas de competencia que eviten las posiciones monopolísticas y la concentración excesiva para mantener el espacio para la innovación ascendente. Para ello, las economías en desarrollo y emergentes tendrán que gestionar complejas agendas políticas, que van desde el desarrollo de capacidades e infraestructuras hasta las normas, la propiedad intelectual y la fiscalidad. La inversión en el refuerzo de las capacidades de las empresas nacionales y la aplicación de políticas que fomenten el aprendizaje y la acumulación de capacidades en los sistemas nacionales de innovación siguen siendo elementos fundamentales de las estrategias de industrialización y de la participación y mejora en las cadenas de valor mundiales (CVM), incluso en un panorama de Industria 4.0.

Impacto de la cuarta revolución industrial en las economías emergentes

Los avances tecnológicos como el big data y la IA, los cambios demográficos como el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra humana en varias economías que envejecen rápidamente, la rápida urbanización y los cambios en el poder económico mundial entre los países desarrollados y los países en desarrollo con una gran población en edad de trabajar son los factores clave y la fuerza motriz del futuro del trabajo. El resultado de todo esto es la transformación de la sociedad a escala mundial, ya que influye en los incentivos, las regulaciones y las normas de la vida económica, lo que conlleva cambios en la forma en que nos comunicamos, interactuamos, aprendemos, nos entretenemos y nos relacionamos. Además, el rápido ritmo al que se desarrollan y ejecutan las nuevas tecnologías está afectando a la conciencia humana, las identidades, las comunidades, las sociedades y las estructuras políticas.

En consecuencia, nuestras responsabilidades mutuas, las oportunidades de autorrealización y nuestra capacidad de influir positivamente en el mundo están estrechamente vinculadas a la forma en que nos relacionamos con las tecnologías de la cuarta revolución industrial. Esta revolución no nos está ocurriendo sin más, no somos sus objetivos, sino que tenemos la oportunidad y la obligación de darle forma y sentido. Con estos cambios elementales que están en marcha, tenemos la oportunidad de dar forma proactiva a la cuarta revolución industrial para que sea inclusiva y esté centrada en el ser humano. Esta revolución va más allá de la tecnología; es una oportunidad para conectar a las comunidades internacionales, construir economías duraderas, ajustar y actualizar los prototipos de gobernanza, disminuir los desequilibrios materiales y sociales, y dedicarse al liderazgo basado en valores de las tecnologías que surjan. La cuarta revolución industrial no es, pues, una previsión del mañana, sino un catalizador del cambio. Es una fabricación para desarrollar, difundir y manejar las tecnologías en patrones que permitan una base más empoderadora, cooperativa y tolerante para el desarrollo social y económico en torno a valores compartidos de interés común, satisfacción humana y administración intergeneracional.

Hay tres razones por las que los cambios actuales no transmiten una prolongación de la Tercera Revolución Industrial, sino la aparición de una Cuarta Revolución Industrial y diferente: el impulso, el área y los enfoques. El ritmo de los avances actuales no tiene precedentes documentados. En comparación con las revoluciones industriales anteriores, la cuarta revolución industrial se está desarrollando a un ritmo exponencial en lugar de lineal. Además, está perturbando casi todas las empresas de todos los países. Y el alcance y la profundidad de estos cambios indican la modificación de sistemas enteros de producción, control y administración.

Las tecnologías que sustentan la cuarta revolución industrial tendrán una influencia significativa en las empresas. Por el lado de la oferta, múltiples industrias están asistiendo a la introducción de nuevas tecnologías que conforman métodos únicos para atender las necesidades vitales y que alteran en gran medida las cadenas de valor de la industria viva. Aumentará el grado, el ritmo o el coste al que se da valor. Incluso provocará cambios significativos en los ámbitos de la demanda, aumentando la transparencia, la atención al consumidor y las nuevas prácticas de conducta de los consumidores (cada vez más realizadas al entrar en las redes móviles y los datos), y empujará a las empresas a ajustar la forma en que desarrollan, comercializan y entregan los productos y servicios.

La alteración de los canales de oferta existentes o la economía a la carta contribuirán a la evolución de las plataformas habilitadas por la tecnología que incorporan elementos de demanda y oferta. Estas salidas tecnológicas crearán formas totalmente nuevas de consumir bienes y servicios. Esto reducirá los obstáculos para que las empresas y los individuos se enriquezcan, variando los antecedentes personales y profesionales de los trabajadores. Las áreas empresariales a las que más afectará la cuarta revolución industrial son las expectativas de los clientes, la mejora de los productos, la innovación conjunta y los procesos administrativos.

Las nuevas tecnologías y los nuevos espacios permitirán cada vez más a los ciudadanos relacionarse con los gobiernos, expresar sus pensamientos, armonizar sus medidas e incluso eludir el control de las autoridades públicas. Sin embargo, los gobiernos adquirirán nuevas capacidades tecnológicas para mejorar su control sobre las poblaciones, basadas en sistemas de vigilancia omnipresentes y en el poder de gestionar la infraestructura digital. Pero se verán cada vez más obligados a transformar su actual enfoque de la participación pública y la formulación de políticas.

La cuarta revolución industrial afectará profundamente a la esencia de la seguridad nacional e internacional, en lo que respecta tanto a la probabilidad como a la naturaleza del conflicto. Los avances tecnológicos crearán la posibilidad de reducir la escala o el impacto de la violencia, a través del crecimiento de nuevos métodos de protección, por ejemplo, o de una mayor precisión en los objetivos.

La cuarta revolución industrial puede, sin duda, tener la posibilidad de «robotizar» la sociedad, pero, como complemento de los componentes más razonables de la naturaleza humana -la imaginación, la compasión, la administración-, también puede elevar a la humanidad a nuevos niveles mediante un sentido de destino colectivo. Las economías en desarrollo pueden así aprovechar la oportunidad de dar forma a la cuarta revolución industrial hacia un mañana que refleje sus planes y objetivos comunes.

A la luz de la aceptación y el alcance generalizados de la economía informal en los países en desarrollo, la transición del trabajo informal al trabajo por turnos representa menos un movimiento en la naturaleza del trabajo que un cambio en la forma de obtenerlo. El Instituto Brookings ha sugerido que el cambio hacia la economía gigas dará lugar a una «digitalización de la informalidad» en 2017. Debido a la cuarta revolución industrial, se están generando nuevas opciones para formalizar el empleo que antes se había etiquetado como informal, así como nuevas oportunidades para incorporar las mejores prácticas en desarrollo de la economía gig.

Será necesario reestructurar completamente el sector industrial para seguir el ritmo de este tsunami tecnológico. Debido a los bajos costes de la mano de obra en los países en desarrollo, la mayoría de ellos dependen de la externalización del empleo. Los países emergentes, en cambio, están empezando a ver el tremendo potencial que tienen, y harán todo lo posible por traer la producción de vuelta a casa para ofrecer una fabricación más asequible y eficaz mediante el uso de tecnología inteligente. Sin embargo, antes de poder aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, estas naciones emergentes deben superar una serie de retos. Para que estos países comiencen a cosechar los beneficios de la cuarta revolución industrial, hay una serie de áreas en las que deben realizar avances.

Los estados pequeños y los países emergentes tienen la posibilidad de saltar inmediatamente a la cuarta revolución industrial sin tener que pasar por las tres revoluciones industriales anteriores. Para ello es necesario que los gobiernos den prioridad a la transición a la cuarta revolución industrial y creen un sentimiento de urgencia en torno a ella. Esto ya está ocurriendo en algunos países que están estableciendo Centros para la Cuarta Revolución Industrial, tal como se refeleja en un informe del Foro Económico Mundial de 2020; sin embargo, los gobiernos de los pequeños Estados y los países en desarrollo deben capacitar a los ciudadanos para utilizar las tecnologías emergentes para el desarrollo sostenible en sus propios contextos. Para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo en particular, la Cuarta Revolución Industrial podría tener un efecto transformador realmente positivo, especialmente si vemos cómo estas economías podrían unirse a la Revolución de las Industrias Creativas. Sin embargo, va a ser necesario un cambio de mentalidad».

Las naciones en desarrollo y sus gobiernos no pudieron participar plenamente en las tres revoluciones industriales anteriores debido, entre otras cosas, a la falta de infraestructuras, competencias y experiencia. Los países están cada vez mejor posicionados para aprovechar la tecnología digital en la cuarta revolución industrial para hacerlos avanzar hacia el desarrollo sostenible y, a su vez, mejorar la vida de sus poblaciones. Los países en desarrollo y los Estados pequeños deben dar prioridad a la adopción de las tecnologías de la cuarta revolución industrial y a la ampliación de su aplicación. La llegada de la cuarta revolución industrial ha supuesto un cambio de la revolución de los grandes ordenadores (tercera revolución industrial) al desarrollo de tecnologías inteligentes como la IA, el IoT, la robótica y la analítica de datos.

Las siguientes son algunas de las dificultades a las que se enfrentan los países emergentes:

  • una falta de comprensión general sobre la cuarta revolución industrial;
  • una falta de estrategia para aplicar la cuarta revolución industrial;
  • una falta de colaboración entre la industria y el mundo académico;
  • una ausencia de infraestructuras;
  • la escasez de expertos en los campos pertinentes.

Al mismo tiempo, economías emergentes como Sudáfrica, India y China confían en las tecnologías de la cuarta revolución industrial para garantizar su desarrollo futuro. La UNESCO y el FEM han apoyado iniciativas para educar a las naciones sobre los beneficios de adoptar las tecnologías de la cuarta revolución industrial para el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de vida. En 2019, la UNESCO acogió dos conferencias: ‘Inteligencia Artificial para el Desarrollo Sostenible’ y la ‘Conferencia Internacional sobre Inteligencia Artificial y Educación, Planificación de la Educación en la Era de la IA: Lidera el salto’. Al simposio ‘Inteligencia Artificial para el Desarrollo Sostenible’ asistieron más de 1500 participantes de 140 países, entre los que se encontraban ministros de educación y de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), otros representantes de los Estados miembros de la Commonwealth y miembros del sector privado, del mundo académico y de organizaciones internacionales. El objetivo general de la conferencia era explorar las oportunidades y amenazas relacionadas con el uso de la IA en la educación. Los temas específicos fueron: cómo garantizar un uso inclusivo y equitativo de la IA en la educación; cómo aprovechar la IA para mejorar la educación y el aprendizaje; cómo promover el desarrollo de habilidades para el trabajo y la vida en la era de la IA; y cómo salvaguardar el uso transparente y auditable de los datos educativos. La segunda conferencia, titulada «Inteligencia artificial y educación: Planificar la educación en la era de la IA: Lead the Leap», contó con la participación de unos 500 representantes internacionales de más de 100 Estados miembros, organismos de las Naciones Unidas, instituciones académicas, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado; entre ellos había cincuenta ministros y viceministros de gobierno.

El Director General de la UNESCO reitera en 2018 que:
«Promover herramientas de IA de acceso abierto que fomenten la innovación local será una de nuestras prioridades. Para preparar a las generaciones futuras para el nuevo panorama laboral que está creando la IA, también será necesario replantear los programas educativos, haciendo hincapié en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, pero dando también un lugar destacado a las humanidades y a las competencias en filosofía y ética.»

En una época en la que los países emergentes luchan contra la pobreza y el aumento del desempleo -por ejemplo, Sudáfrica está sufriendo disturbios como consecuencia de la pérdida de puestos de trabajo y del impacto económico del COVID-19-, la cuarta revolución industrial y la promesa de una economía digital tienen el potencial de transformar la suerte de naciones emergentes como India, Indonesia y Sudáfrica. Los datos y la IA pueden utilizarse para resolver una serie de retos de este tipo. Se necesitan iniciativas adicionales de creación de capacidades para catapultar a las naciones a la cuarta revolución industrial. En el entorno actual hay más puestos de trabajo disponibles que trabajadores cualificados.

Industria 4.0 es una frase que se utiliza con frecuencia para caracterizar el proceso de evolución de la gestión de la fabricación y la producción en cadena. Como tal, es importante para los países industrializados que dependen en gran medida de la producción. La mayoría de los países en desarrollo, como Bangladesh, Nigeria, India, Pakistán, Filipinas y Vietnam, dependen de la fabricación de bienes para la exportación. Por lo tanto, si estas naciones pueden mejorar su gestión de la fabricación y de la cadena de producción, su actual tasa de producción unitaria crecería significativamente, lo que indica que la Industria 4.0 es crucial para que estos países progresen.

Bangladesh es una de las economías de más rápido desarrollo del sur de Asia. El país ha sido criticado por su falta de producción, de competencias laborales y de producción unitaria en comparación con otros grandes productores de prendas de vestir confeccionadas (RMG), como Tailandia, Vietnam y México. Además, se critica a Bangladesh por la falta de liderazgo femenino, la falta de infraestructuras de fabricación, la falta de aplicación técnica y la falta de adaptación al desarrollo y la disponibilidad de la industria, cuestiones todas ellas consideradas importantes para este país en desarrollo. Según los expertos, un país que integra y utiliza la tecnología en la fabricación puede ampliar significativamente sus rangos de producción; por ello, la Industria 4.0 es fundamental, ya que automatiza e intercambia datos en las tecnologías de fabricación. En consecuencia, es fundamental que el país aumente su eficiencia de fabricación para ganar más dinero extranjero.

Revisor de hechos: Ropperts


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

2 respuestas a «Consecuencias de la Cuarta Revolución Industrial para las Economías Emergentes»

  1. […] La Cuarta Revolución Industrial es una forma de describir la difuminación de los límites entre los mundos físico, digital y biológico. La Cuarta Revolución Industrial o la Industria 4.0 están reescribiendo las reglas de la fabricación, el desarrollo de las infraestructuras, las reformas internas y la liberalización del comercio para seguir el ritmo de los tiempos. Véase también las consecuencias de la cuarta revolución industrial para las economías emergentes. […]

  2. […] acerca de las consecuencias de la cuarta revolución industrial para las economías emergentes. […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *