Telemedicina

Telemedicina

Especialidades y Práctica de la Telemedicina

Impulsados por la mayor rapidez de las conexiones a Internet, la ubicuidad y la mejora de la tecnología de los teléfonos inteligentes, y los cambios en las normas de cobertura de los seguros médicos, cada vez más proveedores de atención sanitaria recurren a la telemedicina para ofrecer servicios de calidad y oportunos a sus pacientes. La telemedicina facilita una rápida mejora de la salud de un individuo al proporcionar una comunicación interactiva bidireccional entre el paciente y el proveedor de servicios sanitarios.

Aunque hay muchas categorías de telemedicina, a continuación se indican tres de las principales:

  • Asíncrona (store-and-forward): Adquisición de información médica y transmisión de estos datos a un profesional sanitario cualificado en el momento oportuno para su evaluación sin conexión.
  • Sincrónico (servicios interactivos en tiempo real): Uso de tecnología interactiva en vivo para proporcionar interacciones en tiempo real entre el paciente y un profesional sanitario cualificado.
  • Monitorización remota del paciente: Seguimiento del paciente a distancia por parte de profesionales médicos mediante diversos dispositivos tecnológicos.

Existen diferentes especialidades que prestan servicios de telemedicina. Estas son las principales especialidades:

  • Teleaudiología: La teleaudiología es la utilización de la telemedicina para proporcionar servicios audiológicos y puede incluir todo el ámbito de la práctica audiológica.
  • Telecardiología: Los ECG, o electrocardiogramas, pueden transmitirse por teléfono y de forma inalámbrica. Willem Einthoven, el inventor del ECG, llegó a hacer pruebas con la transmisión de ECG a través de líneas telefónicas. Esto se debió a que el hospital no le permitía trasladar a los pacientes fuera del hospital a su laboratorio para probar su nuevo dispositivo. En 1906, Einthoven ideó una forma de transmitir los datos desde el hospital directamente a su laboratorio.
  • Teledermatología: Permite realizar consultas de dermatología a distancia mediante comunicación de audio, visual y de datos, y se ha comprobado que mejora la eficacia. Las aplicaciones comprenden la gestión de la asistencia sanitaria, como el diagnóstico, la consulta y el tratamiento, así como la formación (médica continua).
  • Teleenfermería: El uso de las telecomunicaciones y la tecnología de la información con el fin de proporcionar servicios de enfermería en la asistencia sanitaria siempre que exista una gran distancia física entre el paciente y la enfermera o entre cualquier número de enfermeras.
  • Teleoftalmología: Rama de la telemedicina que presta atención oftalmológica mediante equipos médicos digitales y tecnología de telecomunicaciones. En la actualidad, las aplicaciones de la teleoftalmología abarcan el acceso a especialistas de la vista para pacientes en zonas remotas, la detección, el diagnóstico y el seguimiento de enfermedades oftálmicas, así como la enseñanza a distancia.
  • Telepatología: La práctica de la patología a distancia. Utiliza la tecnología de las telecomunicaciones para facilitar la transferencia de datos patológicos ricos en imágenes entre lugares distantes con fines de diagnóstico, educación e investigación. La realización de la telepatología requiere que un patólogo seleccione las imágenes de vídeo para su análisis y la realización de diagnósticos.
  • Telefarmacia: La telefarmacia es la prestación de atención farmacéutica a través de las telecomunicaciones a pacientes que se encuentran en lugares donde no pueden tener contacto directo con un farmacéutico. Es un ejemplo del fenómeno más amplio de la telemedicina y se aplica en el ámbito de la farmacia.
  • Telepsiquiatría: Utiliza la videoconferencia para que los pacientes que residen en zonas desatendidas puedan acceder a servicios psiquiátricos. Ofrece una amplia gama de servicios a los pacientes y a los proveedores. Entre ellos se encuentran las consultas entre los psiquiatras, los programas clínicos educativos, el diagnóstico y la evaluación, la gestión de la terapia con medicamentos y las reuniones de seguimiento rutinarias.
  • Teleradiología: La capacidad de enviar imágenes radiográficas (rayos X, TAC, etc.) de un lugar a otro. La implementación más típica son dos ordenadores conectados a través de Internet. El ordenador en el extremo receptor deberá tener una pantalla de alta calidad que haya sido probada y autorizada para fines clínicos. A veces, el ordenador receptor tendrá una impresora para poder imprimir las imágenes por comodidad.
  • Telerrehabilitación: La prestación de servicios de rehabilitación a través de redes de telecomunicaciones e Internet. La mayoría de los tipos de servicios se dividen en dos categorías: evaluación clínica (las capacidades funcionales del paciente en su entorno) y terapia clínica a distancia.

La práctica de la telemedicina

La práctica de la telemedicina no se limita a un tipo concreto de organización sanitaria. De hecho, la telemedicina está muy extendida entre muchas especialidades para ampliar el alcance de sus pacientes y mejorar el acceso a la atención. Entre los ejemplos de lugares/proveedores que practican servicios de telemedicina están los hospitales Cada uno de estos tipos de organización debe seguir requisitos similares para seguir cumpliendo con los requisitos reglamentarios y otros requisitos legales.

Aunque la telemedicina permite a las personas de las zonas rurales obtener un mejor acceso a la asistencia sanitaria, los análisis muestran que la telemedicina es más frecuente en las comunidades urbanas. La era digital y los crecientes avances tecnológicos han permitido a los pacientes buscar la atención más eficiente, incluso si el proveedor de atención es de fácil acceso físico. La demanda de estos servicios va a seguir aumentando y las expectativas de una atención de calidad también.

Ejemplo: El Departamento de Instituciones Penitenciarias (DOC) de California se ha caracterizado por sus avances en el uso de la telemedicina como forma de proporcionar una atención de alta calidad a los reclusos de la manera más eficiente y segura.

Revisor de hechos: Mix

Consideraciones legales, reglamentarias y de seguridad

La expansión de los servicios sanitarios prestados a través de la telesalud se ve afectada por numerosos marcos legales, normativos y de reembolso. Las prácticas médicas estándar en materia de consentimiento, privacidad, acreditación y concesión de licencias se aplican a la telesalud; sin embargo, la posibilidad de practicar en varios estados complica su aplicación. También hay que tener en cuenta las normas específicas de los hospitales en materia de acreditación y estabilización de emergencias. La prestación de servicios médicos suele estar condicionada por el reembolso, que en el caso de la telesalud se rige por una complicada red de normas que varían según el servicio, el pagador y la ubicación. Los cambios temporales de estas normas en relación con la emergencia de salud pública (PHE) declarada en respuesta a la pandemia de COVID-19 han reconfigurado rápidamente el panorama normativo de la telemedicina. La defensa de una legislación inteligente que mejore y simplifique el acceso a la atención es importante para garantizar la equidad de los servicios de telesalud.

Ciberseguridad en telesalud

Los sistemas de información clínica son cada vez más complejos, y la telesalud no es una excepción. Las amenazas a los sistemas de información son muy variadas e incluyen el phishing, el malware, el ransomware e incluso las amenazas persistentes avanzadas. Es necesario mantener buenas prácticas de seguridad para asegurar los sistemas de telesalud y otros sistemas de información clínica. El cumplimiento de la Regla de Seguridad de la HIPAA es obligatorio, al tiempo que proporciona un marco práctico para las buenas prácticas de seguridad y la auto-orientación que garantiza el cumplimiento básico a todas las entidades cubiertas, independientemente de su nivel de apoyo de TI. Las buenas prácticas de seguridad son esenciales para generar confianza en el sistema de telesalud tanto para los proveedores, como para los clínicos, así como para los pacientes.

Revisor de hechos: Andrews

Formación en telemedicina

La telemedicina es una oferta cada vez más común de los consultorios médicos y de los sistemas de atención sanitaria diseñada para mejorar el acceso de los pacientes. A medida que los proveedores de atención médica consideran la posibilidad de prestar servicios de telemedicina, deben tener las habilidades necesarias para utilizar de manera eficaz y segura esta modalidad de prestación de atención.

Aunque consideramos que la telemedicina es sólo una modalidad de atención, sigue requiriendo un entendimiento común y una fuerte comunicación entre los proveedores, los telepresentadores, los pacientes y los socios de la atención. Los programas de telemedicina tocan muchas partes de una organización; por lo tanto, los programas de educación y capacitación deben desarrollarse para todas las partes interesadas y los niveles de estudiantes, con un énfasis variado en la capacitación teórica, didáctica y práctica.

Metas y objetivos de la formación

A medida que se amplían los servicios de telemedicina, se hace necesario garantizar la formación de todas las partes interesadas dentro de la organización para maximizar la adopción y garantizar la calidad, proporcionar una experiencia coherente al paciente y permitir la resolución de problemas. Las partes interesadas incluyen la dirección, el personal administrativo, los alumnos clínicos, el personal de enfermería y otros auxiliares, los proveedores de práctica avanzada, los médicos, los telepresentadores y los pacientes. La recopilación de datos específicos del programa sobre la práctica actual de la telemedicina, el panorama normativo, las operaciones, la garantía de calidad y la satisfacción de los pacientes puede servir de base para el desarrollo de un programa de formación.

Formación de los médicos

El compromiso de los médicos es fundamental para el éxito de los programas de telemedicina. Los médicos deben reconocer los beneficios de la telemedicina y su uso adecuado, entender cómo prestar el servicio y ser capaces de apoyar a los pacientes durante la visita de telemedicina.

Ejemplo de lista de temas de formación en telemedicina, que comprende lo siguiente:

  • Fundamentos de la telemedicina: Definiciones, antecedentes, historia, eficacia y calidad.
  • Responsabilidad de la telemedicina, gestión de riesgos, mala praxis, licencia y regulación.
  • Reembolso.
  • Reclamaciones y condiciones apropiadas.
  • Realización de un examen físico virtual.
  • Requisitos de documentación.
  • Visión general de la plataforma tecnológica, incorporación y resolución de problemas básicos.
  • Planificación de la escalada y de la contingencia.
  • Ética y profesionalidad de la telemedicina.
  • Telesalud y equidad sanitaria.
  • Etiqueta de la web

Las competencias en telemedicina de la Asociación de Facultades de Medicina de EE.UU. son las siguientes:

  • Seguridad del paciente y uso adecuado de la telemedicina.
  • Recogida y evaluación de datos a través de la telemedicina.
  • Comunicación a través de la telemedicina.
  • Prácticas éticas y requisitos legales para la telemedicina.
  • Tecnología para la telemedicina.
  • Acceso y equidad en telemedicina.

Las competencias en telemedicina en estos 6 dominios se clasifican por niveles, como sigue:

  • Ingreso a la Residencia;
  • Ingreso a la Práctica;
  • Médico Docente Experimentado.

Aspectos básicos de la telemedicina y la incorporación

Las partes interesadas en la telemedicina deben comprender la terminología relacionada con la telemedicina, así como el contexto histórico básico y los casos de uso comunes. Los médicos deben estar familiarizados con las modalidades de telemedicina disponibles, como el vídeo, el teléfono, el chat o el texto, y la sincronización o asincronización, así como por qué y cuándo utilizar cada una de ellas. Además, deben aprender cómo encaja la telemedicina en su práctica, en concreto entender qué visitas de pacientes en su práctica son apropiadas para la telemedicina. Los beneficios esperados para los pacientes, los profesionales de la salud y la organización en su conjunto deben ser claros.

Responsabilidad, licencia y regulación de la telemedicina

Los médicos suelen dudar a la hora de empezar a prestar servicios de telemedicina debido a la percepción del riesgo de responsabilidad. Es importante explicar claramente que el riesgo de mala praxis es bajo y cómo la organización garantizará la cobertura de los servicios prestados a través de la telemedicina. Es posible que muchos médicos no conozcan la compleja red de regulación asociada a la telemedicina. Los temas a tratar son los requisitos de licencia, las normas específicas del estado que regulan la práctica de la telemedicina, las políticas de prescripción y las restricciones de los pagadores. Para aquellos que trabajan en organizaciones con prácticas en varios estados, será importante transmitir marcos que se adapten a las normas de múltiples jurisdicciones.

Reembolso de la telemedicina

Todas las partes interesadas deben tener un conocimiento general de las cuestiones de reembolso relacionadas con la telemedicina. Es importante tener en cuenta los diferentes requisitos de reembolso y cobertura de los pagadores comerciales, Medicaid y Medicare. Muchos pagadores tienen requisitos específicos en cuanto a consentimiento, documentación, descargos de responsabilidad, informes y ubicación de los servicios. Además, los médicos que presentan códigos de facturación deben conocer los códigos de facturación y modificadores específicos de la telemedicina.

Vías clínicas/selección de pacientes

Muchos médicos que se inician en la telemedicina no tienen claro qué pacientes y quejas son apropiados para las visitas de telemedicina. Casi cualquier paciente puede comenzar su evaluación con la telemedicina reconociendo que puede requerir una escalada a una visita en persona. Sin embargo, dependiendo del servicio y la especialidad, los clínicos pueden optar por definir una lista de quejas que se dirigen preferentemente a la telemedicina. La experiencia compartida entre la consulta es una poderosa herramienta para ampliar los casos de uso basados en la experiencia positiva de un colega.

Un conjunto de vías clínicas puede ser útil para ayudar a los clínicos que se inician en la telemedicina. Las vías pueden crearse utilizando las herramientas actuales de toma de decisiones clínicas y adaptándolas a la telemedicina. Muchas se basan en la práctica actual de la atención presencial o en otras directrices publicadas actualmente. Cabe destacar que, en el momento de esta publicación, no existen directrices validadas específicas para la telemedicina. La mayoría de las vías clínicas de telemedicina se basan en la práctica habitual o en las directrices establecidas a partir de los encuentros presenciales. Estas vías describen las directrices actuales sobre la historia, los consejos sobre el examen y el tratamiento, y señalan las señales de alarma que requieren una visita en persona. El uso de la telemedicina obliga a los médicos a pensar con más claridad en las directrices, en las pruebas que pueden ser o no necesarias y en la necesidad de ver al paciente en persona.

Las directrices también pueden servir para mejorar la práctica clínica y la calidad, y ayudar a los médicos a ampliar los límites de su práctica virtual. Los proveedores que tienen más experiencia pueden sentirse cómodos con el uso de la telemedicina de forma más amplia; disponer de pautas puede dar a los nuevos en la práctica una forma de entender lo que su práctica puede y debe implicar.

La telemedicina ofrece un tiempo de asesoramiento en línea ininterrumpido con los pacientes que puede ser inestimable. Este tiempo ofrece la oportunidad de hacer preguntas, comprender mejor el proceso y la progresión de su enfermedad y tener un mejor sentido de lo que es normal y anormal. En una época en la que la atención presencial es estresante y requiere mucho tiempo, la telemedicina puede permitir a los pacientes sentir que tienen más control sobre su salud.

Plataformas tecnológicas y resolución de problemas básicos

Las organizaciones deben formar a los médicos para que conozcan las características y la resolución de problemas básicos de todo el software y el hardware utilizados. Las visitas sincronizadas pueden requerir la resolución de problemas en tiempo real para garantizar que las citas no se pierdan, no se cancelen o no se pierdan. La formación dependerá del caso de uso y de la plataforma. Por ejemplo, si se utiliza una plataforma de venta directa al consumidor, el médico puede tener que ayudar al paciente a navegar por la interfaz de la plataforma para garantizar un uso óptimo del vídeo o el audio. El proveedor también debe saber cómo configurar una cuenta y conocer sus barreras, en caso de que sea necesario ayudar a un paciente o familiar. Un encuentro de proveedor a proveedor o de teletransporte probablemente tendrá un telepresentador también formado en el uso del software y el hardware. El médico y el telepresentador pueden colaborar para resolver los problemas técnicos y permitir una consulta óptima.

La satisfacción del paciente de telemedicina está íntimamente ligada a la tecnología de trabajo. Si bien es necesario un departamento de TI sólido para configurar la tecnología y ayudar con los problemas complicados, todos los médicos deben tener un buen sentido de qué problema pueden resolver y cuándo deben recurrir al apoyo de TI.

La mayoría de los problemas básicos forman parte de la formación y el uso de la tecnología, aunque no todos los problemas son evidentes en el momento de la implantación y el aprendizaje será iterativo. En general, un buen plan en colaboración con el departamento de TI ayudará a desarrollar un flujo de trabajo completo para tratar los problemas tecnológicos.

Manera de estar al lado de la web

La traslación de los modales de atención presencial a la atención virtual se conoce como modales en la web, presencia virtual o etiqueta de telemedicina. Estos términos se refieren a los factores básicos del comportamiento y el entorno de una visita virtual profesional, y no se puede exagerar su importancia para que el encuentro sea satisfactorio. Los aspectos básicos de la etiqueta en la web son los siguientes:

  • Fondo profesional: oficina, clínica o fondo neutro que sea privado.
  • Iluminación adecuada: suficiente luz para ver la cara del proveedor y evitar la luz de fondo. Para los telepresentadores, tener suficiente luz para examinar adecuadamente al paciente.
  • Mirar a la cámara: hacer contacto visual a través de la cámara, informar a los pacientes cuando miren en otras direcciones, como a la historia clínica o a las fotografías.
  • Comportamiento general y comodidad al hablar a través de la cámara: adquirir práctica como encuentro médico, saludar adecuadamente a todas las partes, desarrollar una comodidad general con la atención virtual ante la cámara.
  • Cierre y despedida apropiados: entender que un final abrupto ante la cámara es perjudicial para la relación entre el proveedor y el paciente.

En general, los puntos de un buen trato en la red son similares a los que históricamente se asocian con un buen trato en la cama. Optimizar los factores ambientales y los comportamientos atractivos mejora la confianza, la empatía, la comunicación y la profesionalidad. Estos factores son críticos para la satisfacción del paciente y requieren una comprensión de las habilidades de comunicación no verbal tal como se transmiten y perciben a través del vídeo. Mientras que las fuertes habilidades de observación y la toma de la historia son claves para una práctica clínica eficaz, durante un encuentro de telemedicina es esencial utilizar un lenguaje sencillo y claro, hacer pausas para las preguntas, evitar hablar por encima del paciente, y asegurarse de que los pacientes entienden el plan de tratamiento y seguimiento.

Para algunos clínicos, mejorar sus modales en la red será una lucha. Sin embargo, con la práctica continuada, los consejos de los profesionales con experiencia, la formación y el apoyo adecuados, los casos de práctica y la visita a más pacientes, los modales en la consulta mejorarán. Si bien a los que tienen buenos modales en la cabecera del paciente les puede resultar más fácil convertir este comportamiento en vídeo, hay que tener en cuenta que a casi todo el mundo le puede resultar más difícil y más incómodo de lo previsto el compromiso a través del vídeo.

La Escala de Calificación de Entrevistas Maestras (MIRS) puede ser una herramienta útil para proporcionar una retroalimentación clara y objetiva a los clínicos mientras aprenden estas habilidades de comunicación. La puntuación permite a los alumnos hacer un seguimiento de su progreso a lo largo del tiempo y medir potencialmente la competencia. En la Universidad George Washington, el cuestionario MIRS se adaptó a la telemedicina y se utilizó para evaluar a los estudiantes y al profesorado durante las visitas de telemedicina observadas. La investigación presentada en la conferencia SEARCH de 2017 compartió los resultados del uso de preguntas MIRS adaptadas para evaluar a 20 teleneurólogos en escenarios de accidentes cerebrovasculares simulados.

Historia y examen físico

Una de las preocupaciones de los médicos cuando empiezan a utilizar la telemedicina es cómo realizar con éxito la anamnesis y la exploración física.

En general, la elaboración de la historia clínica por vídeo es sencilla. Requiere hacer las mismas preguntas que los proveedores harían normalmente en persona. En el entorno virtual, el médico debe comenzar con una introducción, así como confirmar la identidad del paciente, su ubicación y su número de devolución de llamada en caso de que haya un problema de conectividad. También hay que presentar a todos los participantes adicionales en el encuentro, por ejemplo, a los cuidadores familiares y a los alumnos que trabajan con el clínico. Antes de realizar el historial, el médico debe revisar verbalmente la información sobre el consentimiento para la telemedicina, tal y como exige la normativa local.

Es un mito que los clínicos no realicen un examen físico a través de la telemedicina. El examen físico a través de la telemedicina requiere más práctica y matices. Hay habilidades específicas para completar un examen físico virtual que incluyen dirigir al paciente o al telepresentador para que realice tareas seleccionadas, además de observar de cerca los movimientos del paciente y sus patrones de habla. Hay mucho que aprender observando su entorno vital y sus alrededores. Los clínicos pueden hacer que los pacientes muevan sus articulaciones, evalúen el dolor con acciones o áreas específicas del cuerpo, muevan la cámara para ver los ojos, la garganta, las erupciones cutáneas y otras áreas según sea necesario. Se puede indicar a los pacientes que se tomen el pulso y que utilicen monitores caseros, como manguitos de presión arterial, termómetros o básculas, si están disponibles. También se puede reclutar a los familiares para que examinen al paciente. Por ejemplo, bajo la dirección del médico, el cuidador de la familia puede ayudar a realizar una exploración abdominal o neurológica. Esto no sólo añade información valiosa al examen físico, sino que ayuda al paciente a ser parte activa de su atención médica. En el ejemplo anterior, hacer que el paciente entienda dónde está el cuadrante inferior derecho y por qué es importante saber si el dolor se localiza en esa región le ayuda a darse cuenta de cuándo y por qué podría necesitar una evaluación adicional.

Algunas partes del examen, como la auscultación de los ruidos cardíacos y pulmonares, pueden no estar disponibles sin un dispositivo de monitorización remota. En la actualidad, la tasa de uso de estos dispositivos remotos es baja; sin embargo, en el futuro estarán más disponibles. El objetivo del clínico es recopilar información procesable y ser capaz de comunicar eficazmente un plan al paciente o al cuidador y asegurarse de que entienden su estado actual y las posibles señales de alarma.

Al igual que cualquier habilidad o procedimiento médico nuevo, se requiere práctica para mejorar esta habilidad. Hay que tener en cuenta que quienes tienen más experiencia clínica tienen más posibilidades de trasladar fácilmente estas habilidades a las evaluaciones de telemedicina.

Planificación de contingencias

Los clínicos de telemedicina deben estar familiarizados con los protocolos que abordan la escalada de la atención de virtual a presencial. Ya sean físicos o psiquiátricos, los clínicos deben saber cuándo y cómo llamar a los servicios de emergencia, y los planes deben ser específicos para la modalidad de telemedicina. Es fundamental que la identificación y la ubicación del paciente se confirmen al principio de la consulta, de modo que, si se produce una emergencia, el clínico disponga de información precisa para proporcionar al personal de emergencias. Las situaciones de emergencia pueden implicar el reconocimiento de un empeoramiento inminente de los síntomas clínicos, un cambio agudo en el estado como un síncope, la necesidad de una evaluación psiquiátrica de emergencia y otras situaciones difíciles.

En el caso de pacientes difíciles o enfadados, disponer de un guión que ayude a calmar las situaciones puede mejorar la atención al paciente y la satisfacción del médico. Aunque la mayoría de los médicos con experiencia tendrán sus propias estrategias, puede ser útil adaptar estas estrategias a la telemedicina con guiones para situaciones específicas. En los casos en los que no es posible la reducción de la tensión, los médicos deben recibir instrucciones sobre cómo interrumpir la visita, cómo y a quién dirigirse, y cómo registrar los datos.

Formación de los estudiantes de medicina de pregrado y postgrado

Las nuevas competencias de telemedicina de la AAMC contienen un enfoque nivelado que puede ayudar a guiar las escuelas de medicina y los programas de residencia. Una encuesta realizada a 316 estudiantes de medicina de Estados Unidos y Canadá en 2016-2017 reveló que recibieron poca exposición en los años clínicos a la telemedicina, la salud móvil o la monitorización remota de pacientes. Además, en una revisión de 104 hitos del programa de residencia, solo la psiquiatría infantil-adolescente mencionó la telemedicina. Durante la pandemia de COVID-19, la rápida implementación de la telemedicina ha aumentado la concienciación, la participación y el compromiso clínico de los alumnos con la telemedicina.

Es técnicamente complicado utilizar los modelos de enseñanza estándar de la atención presencial en telemedicina; sin embargo, la simulación puede ser valiosa para crear experiencias realistas y útiles. Los encuentros con pacientes estandarizados (SP, por sus siglas en inglés) son un mecanismo para mejorar la práctica interdisciplinaria virtual. En los casos en los que no es posible el uso de pacientes estandarizados, también son comunes las asignaturas optativas de telemedicina, los seminarios y la integración en los cursos de medicina o innovación. Estos lugares ofrecen a los alumnos una exposición a los modelos de negocio de la telemedicina, las operaciones, los retos de la implantación y los casos de uso clínico, y proporcionan una visión profunda de la normativa, la selección de casos de uso y las plataformas tecnológicas.

Uno de los obstáculos para la enseñanza de la telemedicina es la conversión del modelo actual de un alumno que ve y presenta a un paciente a un médico. Sería redundante y requeriría una devolución de llamada, ninguna de las cuales es una alternativa realista en los encuentros de telemedicina. Entre las medidas para paliar esta situación se encuentran las siguientes:

  • Supervisión directa: El estudiante o residente realiza la visita con un adjunto a su lado que puede intervenir cuando sea necesario.
  • Llamada de un tercero: Esto permite que tanto el estudiante como el adjunto estén de guardia desde dos ubicaciones remotas.

Hay que admitir que este proceso puede ser estresante para los alumnos y requerir tiempo adicional para el profesorado supervisor; sin embargo, también puede permitir una rápida retroalimentación y mejora.

Formación de telepresentadores

Un telepresentador funciona como una extensión de las manos del clínico mientras está en el lugar con el paciente. Hay dos tipos de telepresentadores: los clínicos y los legos. El telepresentador clínico puede ser un proveedor de práctica avanzada (APP), una enfermera, un asistente médico, un técnico de emergencias médicas (EMT), un paramédico o un estudiante de medicina, todos ellos familiarizados con la atención clínica y el sistema sanitario.

El telepresentador lego (LTP) puede ser un trabajador sanitario de la comunidad, un miembro de la comunidad activado o un compañero de cuidados de la familia. Este tipo de telepresentador será una parte cada vez más importante del ecosistema de la telemedicina, ya que el aumento de la atención se producirá en el hogar o en la comunidad. Dado que el lego tiene menos conocimiento del sistema sanitario y experiencia en la atención clínica, el plan de formación tiene que estar más adaptado a sus necesidades. Para los telepresentadores legos, las habilidades clínicas son una de las áreas de contenido que más ansiedad provocan, ya que tienen un conocimiento limitado de la anatomía, se sienten menos cómodos con las herramientas digitales como los estetoscopios y otoscopios digitales, y pueden tener una experiencia limitada en las interacciones clínicas con los pacientes. Los LTPs deben ser formados para que puedan demostrar la capacidad de recoger y documentar las constantes vitales, colocar el estetoscopio digital sobre el corazón y los pulmones según las indicaciones del clínico, utilizar un otoscopio digital o un dermatoscopio, palpar el abdomen en cuatro cuadrantes y evaluar las extremidades inferiores en busca de edema según las indicaciones del clínico. También deben practicar la presentación del paciente y actuar como defensores del mismo si consideran que el clínico distante no es capaz de percibir adecuadamente las preocupaciones del paciente.

Evaluación de competencias y formación continua

Los programas de calidad, como la revisión por pares, las conferencias sobre seguridad del paciente, las encuestas de satisfacción del paciente y las quejas de los pacientes, se utilizan como complementos para mejorar la atención. En los entornos didácticos formales, como las facultades de medicina y la formación de residentes, la competencia puede evaluarse a través de la variedad de entornos educativos ya existentes, como la observación directa, los casos de simulación y los pacientes estandarizados. Estas mismas herramientas pueden ser más difíciles de aplicar en una pequeña consulta de médicos experimentados que se inician en la telemedicina. En estas situaciones, debería considerarse la posibilidad de utilizar una formación modular asíncrona. Asegurarse de que los clínicos comparten las estrategias que han encontrado efectivas y los retos a los que se enfrentan con frecuencia puede ser útil. Hasta la publicación de la AAMC, no existían recomendaciones consensuadas sobre las competencias en telemedicina para la educación, ya que la evaluación de la competencia es una tarea potencialmente difícil y que requiere mucho tiempo.

Algunas áreas de interés para la formación continua son:

  • Mantenimiento de la CME según la junta médica estatal.
  • Cumplimiento de cualquier intervención del proceso de QA/PI.
  • Mantenimiento de las credenciales, incluidas las llamadas de práctica, los vídeos adjuntos.
  • Formación en la nueva utilidad añadida a la institución desde la incorporación inicial.
  • Reembolso y actualizaciones de la normativa.

Preparación de la organización para la telemedicina

La adopción de la telemedicina requiere la concienciación del programa de telemedicina en toda la empresa clínica. Cada unidad de negocio dentro de la organización se verá afectada por la adición de servicios de telemedicina y debe adherirse a las metas, objetivos, políticas y procedimientos que guían el programa. El personal necesitará actualizaciones periódicas con respecto a los aspectos relevantes del programa de telemedicina, y deben existir mecanismos para supervisar la adherencia. Un programa de educación integral para todas las partes de ese equipo es esencial para el éxito.

Revisor de hechos: Andrews

Recursos

[rtbs name=»informes-jurídicos-y-sectoriales»]

Véase También

Equidad en la Atención Médica, Atención Sanitaria,


Publicado

en

por

Comentarios

Una respuesta a «Telemedicina»

  1. Avatar de International
    International

    Todo esto es algo que aprendí de primera mano durante mi propio viaje por el cáncer. Las cosas no podían ir mejor cuando me diagnosticaron un cáncer renal avanzado a los 38 años. El cáncer ya era una sombra importante en nuestras vidas. Mi padre había fallecido en 1982 a la edad de 42 años a causa de un cáncer de cabeza y cuello, y dos años antes, vi cómo un primo cercano y su hija de 17 años morían de cáncer con un año de diferencia. Estábamos claramente sensibilizados, y mi diagnóstico aterrizó directamente sobre esta preocupación apenas controlada.

    Me sometí a una nefrectomía parcial abierta para extirpar el tejido canceroso y me pusieron en vigilancia activa. Esto fue varios años antes de los progresos realizados por los inhibidores de la tirosina quinasa, por lo que no había terapias dirigidas disponibles. Además, mi patología confirmó que se trataba de un subtipo papilar, que es menos común y representa sólo un 10% de los diagnósticos de carcinoma de células renales (CCR). Mientras me recuperaba en el sofá de la operación, observé a mi hija hacer estragos en la casa como sólo un niño pequeño puede hacer. Como soy un experto en ciencias de la información, había hecho las cuentas. En aquel momento, las estadísticas indicaban que tenía aproximadamente un 30% de posibilidades de sobrevivir cinco años. Durante una semana, todo lo que podía pensar era que tenía aproximadamente una posibilidad entre tres de ver a esa niña terminar el tercer grado. Una locura, lo sé, pero muy difícil de evitar. Afortunadamente, el cuerpo se cura rápidamente y esa curación también calma la mente. Para cuando me levanté del sofá y me moví, había expulsado a la fuerza esos pensamientos de mi mente, pero también sabía que tenía que sustituirlos por algo. No había ningún tratamiento disponible. Ninguna pastilla que pudiera tomar. Nada que pudiera inyectarse en mi brazo. Nada activo que pudiera hacer salvo esperar seis meses y ver lo que mostraba el TAC. Dado que la asistencia sanitaria no tenía nada activo que me permitiera sentirme en control, cambié mi enfoque hacia el bienestar.

    Empecé a moverme para tener algo que hacer, pero también para controlar el dolor. Por alguna razón, siempre he sido sensible a los analgésicos narcóticos. Me provocan fuertes migrañas, así que tenía pocas opciones para controlar el dolor, aparte de mover mi cuerpo. Primero, me limité a caminar por el patio. Una mano sostenía el drenaje de líquido de mi riñón, la otra la utilizaba para mantener el equilibrio y la estabilidad. A medida que avanzaba el invierno, me sentía aprisionada por el clima hasta que compré una cinta de correr que me permitía hacer ejercicio con menos riesgos potenciales. La cinta de correr no sólo permitía hacer ejercicio de forma segura las 24 horas del día, sino que además mostraba los datos. Con un tiempo preciso, podía ampliar mis paseos uno o dos minutos más en cada sesión. Cada aumento en el tiempo y la distancia se sentía como un progreso y transformaba los datos pasivos en objetivos mentales y físicos. A medida que esos objetivos progresaban, también lo hacían mi energía, mi fuerza y mi sensación de bienestar. El cáncer perdió espacio mental en favor de las endorfinas, y no sólo para mí. Mi esposa había vivido la mayor parte del trauma del cáncer en mi familia. Rara vez hablaba de ello, pero supongo que estaba tranquilamente aterrada hasta que vio que mi aspecto físico, mi energía, mi estado de ánimo y mi vigor mejoraban de forma tan visible. Caminar se convirtió en correr cuando el invierno se convirtió en primavera, y mi esposa me regaló mi primer reloj para correr para que pudiera seguir mis progresos. Estaba enganchada. Empecé a montar en bicicleta y me abrí paso hasta las semanas de cien millas. Mis carreras progresaron y, un año después de la operación, completé mi primera media maratón. Un año después, completé mi primer maratón. Me convertí en un activo defensor de los pacientes.

    Para resumir mi historia, me mantuve sin cáncer durante ocho años antes de que una exploración anual detectara una recidiva. La recidiva se trató rápidamente con nuevas herramientas menos invasivas, la crioterapia en mi caso, y sigo en vigilancia activa, pero sin miedo mortal. Soy la prueba viviente de que las enfermedades que antes eran mortales pueden tratarse como afecciones crónicas que no ponen en peligro la vida, y estoy inmensamente agradecida. Dicho esto, a decir verdad, no tengo ni idea de si mi enfoque en el bienestar y la actividad es de alguna manera responsable de mi feliz resultado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *